lunes, 17 de diciembre de 2012

Tíralo al Medio: viaje en lo profundo de la sencillez



Por: Heriberto Castro

Dividido en tres obras cortas y dos intervenciones aún más breves, TIRALO AL MEDIO  traspasa el umbral de la pretensión para ser agente cautivador en una hora de puro entretenimiento pensante, presentando planteamientos universales de manera sencilla, sacudiéndonos a través de la risa bajo el cálido manto de la empatía.






La velada comenzó con la propuesta de Lizbeth Román Con la luz apagada. En ella, Román nos presenta un diálogo que entrelaza lo verídico con lo irreal en metáforas de inquietudes sobre la vida misma. Utilizando el uso del movimiento corpóreo, el canto, la iluminación y el gesto inesperado, Marili Pizarro y Cristina Lugo cautivan la mente del observador, convocando la atención al parlamento aún en los momentos en que la risa nos distrae. Admitiendo mi parcialidad (ya que siento un gran interés por los temas del texto de Román), aplaudo la genial integración de la coreografía (autoría de Pizarro y Lugo), y la sorpresa de la melodiosa voz de Pizarro en la pieza.

La existencia humana está llena de enigmas que muchas veces no podemos develar. Con la luz apagada circula dentro del contexto de algunos de ellos, y aunque parece hacerlo de forma liviana y sin resoluciones absolutas, hace planteamientos rotundos por medio de la frase metafórica o los símbolos solapados.... “no hay ventanas en el paraíso... solo murallas de flores que dividen el jardín paradisíaco del sitio infernal.... {y estamos en el medio}”.

Como si los enigmas no fueran suficiente, la trama nos lleva a un desdoblamiento del proceso y a la destrucción del rol del público como espectador anónimo cuando los personajes se “dan cuenta” de que no están solos y de que un público los rodea (“… ¡Estamos en el sendo medio!”). Entonces, pasamos de un rol pasivo a un rol activo y la trama nos lleva a cuestionarnos los personajes…por qué están allí… Añadiendo capas al asunto del “qué dirán”, está la realización de que hemos perdido la ruta… ¡No hallamos el camino y estamos perdidos en nuestra propia humanidad! Si bien parece complejo lo planteado, la genialidad de Con la luz apagada es que todo ocurre en el contexto de la risa y el movimiento divertido.

A manera de intermedio, Coral Alemán interpretó La menos querida, concepto de Marili Pizarro. En medio de la oscuridad y un contraluz de barra de mala muerte, aparece un personaje femenino, cerveza en mano y rostro amorfo. Bajo los distorsionadamente lentos acordes de Nosotros (La Sonora Ponceña), el personaje ejecuta movimientos de provocativa sensualidad para ser luego arrastrada hacia la parte posterior del escenario donde evidentemente está siendo maltratada- un juego de sombras lo evidencia. Repentinamente, el personaje regresa al medio del escenario y baila bajo luces intermitentes al son del tema musical de SuperXclusivo, y nos damos cuenta de que el personaje tiene similitud con… ¡La Comay! Reímos sin saber por qué, pero evidentemente se debe a las asociaciones que en segundos hacemos con la afamada muñeca. Sin osar definir la interpretación de la pieza, sólo sugiero que el maltrato presentado abarque connotaciones sociales más allá de las de pareja. (Ver nota al final*)


Así llegamos al solo de Cristina Lugo, “Cristi’s very serious dancing nonsense series #2 nov. 2012” (simplemente porque suena mejor en inglés.... o El bailecito de Cristi). Inspirada con sencillez en los diferentes estados mentales diarios y el lidiar con los límites auto-impuestos, “Cristi’s very serious dancing...” a mi juicio, abandona el terreno de ser El bailecito para profundizar en una seria propuesta de reavivamiento de la mente, el corazón y la vida.
Ante el cambio, tendemos a reaccionar con la negación y nos cerramos a las posibilidades, sin entender que el cambio es el engranaje que la vida provee para llevarnos a la evolución. La única manera de brincar al próximo nivel... es brincando; y cuando la vida decide movernos, aunque resistamos, nos moverá de cualquier manera. La resistencia sólo nos cierra el corazón y el entendimiento. Sé que las interpretaciones dependen de las vivencias de cada cual, pero para mí, éste es el tema central de “Cristi’s very serious dancing...”.


El comienzo es dramático... en la oscuridad se abre una puerta con un pequeño halo de luz... una figura alargada y cubierta por una tela traspasa el umbral para desplomarse mientras que otra figura cierra la puerta... ¿No es ésta la trama de la vida misma y los procesos evolutivos? En la vida se abren puertas mientras se cierran otras...
Frases musicales repetitivas de la música estridente de Sketch (“Fuck it”), contorsiones, contrapesos y el mugir del cuerpo mientras batalla con la tela negra que le sirve de vestimenta marcan el dolor del crecimiento al abandonar las emociones negativas para transformarnos... ajustando realidades, monitorizando nuestro avance en el proceso interior de lucha contra las actitudes mentales paralizantes, en que es preciso creer en uno mismo.

En la penumbra, el personaje se encuentra con la luz, aparecen los sabios... La torsión brusca de los músculos y la deslumbradora realidad atestiguan el reto del camino a recorrer y la necesidad de creer en nuestro propio valor… el camino a la verdad no siempre es fácil. Pero ajustar el pensamiento, manteniendo la autenticidad a medida que reconocemos nuestra fortaleza, no garantiza que las cosas salgan bien. La batalla es continua, y los detractores no son más que aspectos de nuestra sombra, que troncha nuestras posibilidades valiéndose de nuestros miedos (tela negra).
Finalmente el personaje enfrenta su realidad con una mirada distinta, se para de cabeza y cambia su perspectiva. Baila con sus miedos, los acepta y se libera desgarrándolos de su cuerpo... dándose una nueva oportunidad al profundizar en sus propios errores.

El idioma del movimiento tiene múltiples niveles, mientras las palabras están condenadas a un poder relativo que en momentos críticos nos falla. Entonces recurrimos a otros idiomas, y el del movimiento es uno poderoso. Más allá de la palabra y sin saber si fue intencional, Lugo jugó con el alfabeto de la vida en “Cristi’s very serious dancing...” para representar lo que con tanto dolor vivimos... el crecimiento y la evolución ligada a la flexibilidad de nuestro pensamiento. Tal acción es digna de ¡un gran aplauso!




Nota al calce... mientras escribo sobre esta pieza, “Cristi’s very serious...” se ha develado una verdad de mi propio proceso: creyéndome abierto a las posibilidades, se ha desnudado la realidad de que aún quedan miedos propios por desgarrar. Intentaré una mirada distinta. Gracias por el regalo; de seguro no estaba en tu libreto.





La sección de Lugo finaliza con un segmento de relajamiento cómico denominado La Ñapa o Bailecito de las 3 (Román, Lugo, Pizarro) seguido por el “Lightshow” de Pedro Iván Bonilla. Como el elemento sorpresa es parte de su magia, me limitaré a expresar su efectividad…opino que Tíralo al medio debe llegar a más público- con la salvedad que el espacio que ofreció la Sala Teatro Beckett para esta presentación mostró ser quizás insuperable. 

El cierre del programa estuvo a cargo del breve musical, Estocolmo:








...me dijeron que no está fácil hacer teatro,

que era mejor esperar chavos de árbol crecer
pero tenemos una causa ajena......
........ y queremos ver la isla crecer.”
-Marili Pizarro


Pese a la nueva tecnología que acerca territorios y naciones, vivimos en un mundo roto y dividido. Nos dividen la política, la religión, el género, los temperamentos, y encima nuestras heridas. Este separatismo degenera en malos gobiernos, desempleo, intolerancia y crimen. La noción ingenua de que como seres humanos tenemos las herramientas para encontrar la unidad nos ha fallado y desde la impotencia, sólo resta pedir ayuda de las energías superiores. He aquí el valor del quehacer artístico; tema de la pieza final Estocolmo... concepto y dirección de Marili Pizarro. 


Me explico... El artista escoge los procesos pasados y los transforma para ofrecernos una propuesta que nos conduzca a la introspección, a una nueva forma de pensar, y en ocasiones, a romper paradigmas. El artista se convierte en mensajero... ya sea de su consciencia, de Dios o del universo. Sabe que el propósito del mensaje y el trabajo de llevarlo a cabo está fuera de sus manos, pero lo hace porque tiene que hacerlo, honrando su responsabilidad única de hacer entrega a quien lo reciba. Cumplida su misión, los cambios internos pertenecen a lo divino.


Con composición musical de su autoría, Pizarro entra en el mundo de la entrega a través de la lírica, que toma fuerza a medida que elementos musicales y personajes del ambiente artístico se añaden a la pieza. El contenido serio es tratado nuevamente de forma refrescante y entretenida, y lo que en un principio parece una propuesta derrotista resulta ser un grito de guerra, valor y perseverancia. A pesar de los contratiempos y la necesidad económica, queremos la evolución del pueblo, el despertar de consciencia... ¡queremos ver la isla crecer






Aplaudiendo el pensamiento crítico, destaco la melodiosa voz de Pizarro, que me tomó por asalto y facilitó mi atención al texto de la canción. Colaboraron musicalmente Lizbeth Román, César “Manny” Noble Medina, Amanda N. González e interpretaron Lizbeth Román, Marili Pizarro, Cristina Lugo, Coral Alemán, Manny Noble, Natalia Delgado y Amanda González.



*Nota:
Y…la realidad es más extraña que la ficción


Redacté este escrito la noche que vi la función del 10 de noviembre. Hoy 6 de diciembre, La menos querida pero más aclamada en “ratings”, La Comay, se enfrenta al escrutinio público una vez más.... y de manera misteriosa, el concepto de Marili Pizarro (La menos querida) adquiere dimensiones místicas. La asociación de la afamada muñeca con el mundo de la prostitución y el desprecio de la vida a través del maltrato tiene hoy rasgos de vaticinio, abandonando el campo del paralelismo lírico.

Ante lo declarado por uno de los involucrados en el asesinato del publicista José Enrique Gómez Saladin, varios programas radiales hicieron referencia al caso como una radiografía exacta de lo que está sucediendo en nuestro país. Ante la posibilidad de que esas declaraciones fuesen ciertas, no hubo grandes reacciones hasta que intervino Antulio “Kobbo” Santarosa con su personaje de La Comay. Sus comentarios, lejos de ser una crítica compasiva abierta a la posibilidad del entendimiento, estuvieron cargados de prejuicios, lo que puso a La Comay en el centro de la discusión pública... y en la mirilla de los acontecimientos. He aquí el vaticinio de La menos querida cuando al final de la pieza, el personaje termina bailando alocadamente en medio del escenario ante el estruendo de la música de SuperXclusivo  bajo la irritante luz intermitente y el escrutinio del ojo público (audiencia).
Ayer, varias compañías retiraron sus anuncios del programa ante la avalancha de reacciones a través del grupo Boicot a la Comay en Facebook y Twitter, entendiendo que el programa promueve una cultura de odio. El juicio y la crítica denigrante en las expresiones referentes a la calle Padial, la prostitución y la homosexualidad tuvieron su costo.
Sin embargo, queda por verse la respuesta de la mayoría. El programa que ha sido eje de controversia sigue siendo uno de los más vistos. La gerencia de Wapa le da su total apoyo ante el mar de seguidores, pero la pregunta sobre el tapete sigue siendo la misma... ¿cuáles serán los valores que prevalecerán? La gran risa sigue siendo la tragedia de nuestra isla. Permanecemos entretenidos mientras se nos cae la vida. Todos somos José Enrique Gómez Saladin.