miércoles, 15 de marzo de 2023

Giselle... joya eterna del ballet clásico

 por: Sara Justicia Doll

Para mi abuela Nellie García de Justicia, quien por años fue crítica de ballet para el periódico El Mundo y a quien acompañé desde niña cuando iba al teatro, con su libreta, bolígrafo y una pequeña linterna para escribir. Nunca olvidaré el intercambio de impresiones entre mi abuela y su eterno amigo, el también crítico y conocedor del ballet, Max González. Que ambos descansen en paz.


Luego de 16 años, el pasado fin de semana, Ballet Concierto de Puerto Rico presentó en la Sala de Festivales Antonio Paoli del Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré, el ballet romántico clásico, Giselle... una de las piezas que los amantes de este arte procuramos disfrutar cada vez que surge la oportunidad.

Giselle, un ballet de dos actos con música por Adolphe Adam, fue presentado por primera vez por el Ballet du Théåtre de l'Académie Royale de Musique, en Paris, Francia, en junio de 1841. Se convirtió en uno de los ballets clásicos más populares en Europa, Rusia y Estados Unidos.

En esta ocasión, Ballet Concierto invitó al matrimonio compuesto por los bailarines independientes, los cubanos Adiarys Almeida y Taras Domitro para dar vida a Giselle y Albtrecth-Loys, Duque de Silesia, respectivamente.


Adiarys Almeida y Taras Domitro junto a las willis.  Foto: Suministrada BCPR


El primer acto abrió en la aldea campesina donde vive Giselle, una joven que ama bailar pero quien vive afectada por una condición de salud. Su madre, Berthe, vive aterrorizada de que Giselle muera doncella sin casarse y pase a la eternidad como una Willi... es decir, como un espíritu nocturno que habita en el bosque y que mata a los hombres que llegan al lugar después de la media noche.  Albrecht se enamora de Giselle haciéndose pasar como vecino de la aldea. Pero Hilarión, el guardabosque, que también está enamorado de la joven danzante, lo desenmascara y revela ante toda la aldea y ante Giselle que Albrecht está comprometido con Bathilde. Al saber la verdad, el enamoramiento de Giselle se rompe y pasa a un trance de locura que la hace bailar desesperada hasta desplomarse y morir.


Desde que pisó el escenario en el primer acto, Almeida logró capturar la atención del público ante su capacidad interpretativa y actoral... reflejo de su sólida preparación en pantomima de la Academia Nacional de Ballet y más adelante del Ballet Nacional de Cuba bajo la tutela de la Prima ballerina assoluta, Alicia Alonso.

Por otro lado, Domitro demostró gran capacidad para entrar en el personaje del campesino enamorado, quien al revelarse su verdadera identidad, se revuelca en su dolor al ver a Giselle muerta por culpa dc su imprudencia. Domitro dominó el escenario con facilidad sorprendiendo a todos con su desplazamiento aéreo con sus saltos tipo resorte. Sus brincos eran ejemplos de gran agilidad, fuerza, control, técnica y flexibilidad. Fue inevitable la lluvia de aplausos en cada una de sus apariciones.

El Pas de Quatre Campesino a cargo de Adriana Alvarado, Faviana Quiles, Ariel Martínez (bailarín invitado de "The Washington Ballet") y Odemar Ocasio merece una especial mención. El cuarteto bailó al unísono y compenetrado. Las jóvenes se destacaron por sus largas extensiones y los varones por sus altos saltos.

Al abrir el telón en el segundo acto, se apreció la tumba de Giselle a la izquierda del escenario y entre las ramas de la arboleda, aparecieron las willis flotando de manera excepcional mientras ejecutaban sus bourreé de un lado al otro.

Del segundo acto, hay que dar un gran crédito a la directora de ensayos, Nicole Colón. Las diversas formaciones de las willis capturaron la atención del público ante su limpieza y consistencia. Las willis, como cuerpo de baile, lucieron una interesante dicotomía como seres de luz en vestidos de tul blanco que contrastaba con la oscuridad. La sobriedad en sus rostros era la antítesis de su capacidad y fuerza para enloquecer a los hombres.

Hilarión, el guardabosque (Aureo Andino, bailarín invitado de Mauro Ballet), visitó la tumba de Giselle y es atacado por las willis. Llega entonces Albrecht quien busca el perdón por su engaño a Giselle. Giselle, conmovida por su arrepentimiento intenta salvarlo pero la Reina Myrtha lo obliga a continuar bailando hasta la muerte. Sin embargo, la inmensidad de su amor por Giselle le permite sobrevivir hasta el amanecer; momento cuando las willis desaparecen.

Nuevamente, Almeida dio catedra de su capacidad interpretativa controlando sus penchés a la vez que sostuvo su rostro agónico y triste.

El punto climático del segundo acto se manifestó cercano a su final cuando Domitro, al borde de su muerte por bailar al son de la tortura de las willis, fue persistente en sus saltos y vueltas hasta sucumbir... aún con vida para ver el último atisbo de su amada Giselle al volver a su tumba.

Un gran aplauso a la dirección artística de Victor Gili y la dirección ejecutiva de Sandra Almodovar.


miércoles, 22 de febrero de 2023

West Side Story Puerto Rico: más allá de lo esperado




 "Sarita....soy yo quien tiene que agradecerte. Primero, por sacarme del marasmo de tristeza 
que me 
ataca en estos días. Segundo, por tu invitación a ver la producción de West Side Story. A parte de la buena compañía, el montaje fue una total sorpresa que nos dejó a ambos boquiabiertos desde su inicio."     -HC




West Side Story Puerto Rico: más allá de lo esperado

Por Heriberto Castro


La pieza creada por Jerome Robbins en el 1957 marcó un cambio en las temáticas hasta entonces presentadas en el teatro musical. Los temas sociales se tornaron en inspiración. El tema de las luchas étnicas representadas en las dos gangas rivales sigue tan relevante hoy como entonces ante las percepción selectivas de cada cual. En el macro, el mundo entero vive un disloque de valores que ha desencadenado en conflictos económicos y sociales separándonos cada vez más ante la falta del bien común o de la obediencia a uno de los mandamientos principals: Amar a tu prójimo como a tí MISMO.

Habiendo ganado la clasificación de Mejor Musical del Año en el 1958 y su versión filmica (co-dirigida por Robert Wise) 10 Oscares incluyendo Mejor Película del Año en el 1961, el reto de esta presentación con un elenco totalmente compuesto por puertorriqueños es inmenso.

Confieso haber pecado de resistir ver la producción "local" por temor a decepcionarme... y quesorpresa me llevaría. Desde la música en vivo dirigida por Cucco Peña, la dirección escénica y adaptación coreográfica de Marcos Santana y hasta las voces de cada uno de los integrantes.

El visual de la primera coreografía de la ganga de "los Jets" es la primera sorpresa. Aquí mi mente tuvo el primer encuentro entre mis prejuicios y la realidad que se desempolvaba ante mis ojos. Luego vino el toque mortal... se derrumba mis esquemas ante el primer solo cantado por Amanda Rivera quien hace el papel de María.

Desde mi perspectiva.... jamás había visto a Braulio Castillo hijo actuar de manera tan impecable. Su dicción, acentos y manerismos hacen del personaje del agente Schrank uno creíble y a veces despreciable ante sus actitudes de racista sureño.

Atrás no se quedó "Anita" interpretada por Ana Isabelle. No hubo manera de pasar por alto susbailes perfectamente ejecutados, su participación en el canto y su aplomo en la actuación. El escuchar el canto de "Tony" en la voz de Kenward Avilés es un tanto hipnotizante en los altos y finales. Pese a la evidente "preferencia" por la voz de Amanda Rivera (María), Avilés muestra una exitosa armonía entre ambas voces. La dinámica de ambos personajes despertó en mí todos los sentires del que se enamora perdidamente sin importar consecuencias.

¡Qué decir del cuerpo de baile! Cada movimiento es un viaje visual emocionante que hace vibrar cada fibra mental del que mira. A mí, personalmente, despertó el deseo de volver a ver este montaje por lo menos dos veces corridas. Entonces, quizás, pueda aquietar la emoción de lo presenciado.

La música del prodigioso Leonard Bernstein (7 Emmys, 2 Tony Awards, 16 Grammys, KennedyCenter Honor y Lifetime Achievement Award) sonó extremadamente exquisita bajo la dirección de Angel "Cucco" Peña. En varias ocasiones cerré los ojos solamente para escuchar lo dulce de una que otra melodía. Si bien la lírica de West Side Story es fenomenal, la musicalización es un viaje al infinito del placer auditivo. ¡Bravo Cucco Peña!!!

A pesar que este montaje pulula en el mundo de lo perfecto, admito mi crítica a dos escenas cortas que pretenden ligar al personaje de María con el Huracán del mismo nombre y que tanto daño hizo a la isla. La escena inicial liga al Huracán María como motivo a la emigración del personaje del mismo nombre a la ciudad de Nueva York. Luego al final y en una escena corta, uno recibe la impresión de que María regresa a la isla.

Pese a la buena intención de esta adaptación a la obra original, para mí no tiene mucho sentido ante el hecho de que las peleas de gangas por territorio fue un fenómeno de los 60's que tuvo su final al terminar la década de los 70's. Si hubo una extensión de esta dinámica étnica en los 80's, ciertamente se fue transformando con el tema del narcotráfico. Por esta razón entiendo que es un poco surreal el atar un suceso reciente con el conflicto étnico entre la ganga de "Los Jets" y la de "Los Sharks".

Aún así, este montaje de West Side Story no tiene nada que envidiarle a cualquier otra presentación pasada... y en mi opinión sobrepasa toda expectativa mostrando la abundancia de talento de nuestra
pequeña isla... y es que lo grande de nuestro Puerto Rico reside en el corazón de todo puertorriqueño. Que hacemos con esa herencia, es el gran reto de las nuevas generaciones. Esta producción mostró que nuestras habilidades como pueblo son infinitas y que está juventud presente no le tiene miedo al reto. Estoy seguro de que Rita Moreno (a quien se le dedica) está bien orgullosa de todos los que participaron de esta producción y debe estar muy feliz de haber sido motivo de inspiración.


De mi parte, un gran aplauso eterno.




     foto: Sara Justicia