por: Heriberto Castro
El Baile... la más vieja de las artes y la más perecedera; sin importar la perpetuidad del movimiento o los impulsos intuitivos de los niños a seguir el ritmo. Cada paso o cada gesto de una coreografía tiene a sus espaldas el gran peso del olvido. Aún ante los avances técnicos de grabación, muchos de los trabajos no se graban. Y si se graban, quedan en los anales de la compañía que lo documentó y a merced de aquel que pueda costear su publicación.
El Baile... la más vieja de las artes y la más perecedera; sin importar la perpetuidad del movimiento o los impulsos intuitivos de los niños a seguir el ritmo. Cada paso o cada gesto de una coreografía tiene a sus espaldas el gran peso del olvido. Aún ante los avances técnicos de grabación, muchos de los trabajos no se graban. Y si se graban, quedan en los anales de la compañía que lo documentó y a merced de aquel que pueda costear su publicación.
02/27/11 AMOR BRUJO por Malandain Ballet Biarritz. (© HC) |
Recopilar sobre una escenografía, su vestuario y hasta su partitura musical son los ofrecimientos de la historia a los que podemos recurrir, indagar e investigar. Pero el componente principal del éxito de una pieza, su coreografía, muchas veces queda en la memoria solo de aquellos que la bailaron y en la mente de su creador.
Y... ¿cuál es la importancia de la historia del movimiento? ¿De qué nos sirve su pasado? ¿Qué hay que aprender y por qué rescatar de la inconsciencia? Llanamente: a mayor conocimiento de cualquier tema, más grande su entendimiento y más dotados para su apreciación.
10/02/10 T. Muñoz/O. Molina en DESIRE. Festival Coreógrafos. (© HC) |
La danza se ha expresado a través del tiempo, en sentimientos sobre los acontecimientos del momento en el lenguaje del movimiento. Ya sea tan primitivo como aclamar a las fuerzas divinas en la esperanza de una buena caza, una éxitosa batalla o el espanto de los espíritus malignos... hasta una declaración socio-política con complejos contenidos filosóficos.
Entender esos cambios estéticos, su diversidad cultural, sentimientos universales, e influencias sociales, políticas, económicas y filosóficas en los diferentes tiempos de la historia es tener el poder del conocimiento.
No basta tener los nombres, fechas y datos biograficos del nacimiento de una coreografía. Tanto el bailarín como el coreógrafo, escogen conocimientos de procesos pasados transformandolos concientemente o no para ofrecernos una propuesta que nos pueda llevar a un nuevo pensar, la introspección... y romper paradigmas.
02/27/11 Interpretación de Thierry Malandain de CARMEN. Malandain Ballet Biarritz. (Foto: Heriberto Castro) |
Comprender como se baila y la mente del coreógrafo es entender como se vive... como pensamos... ¡hacia donde vamos!
Y si bien comparaciones pueden ser estimulantes, ver una coreografía en sus propios términos nos seduce a la comprensión de porque el coreógrafo escoje una particular secuencia de movimientos para crear su discurso, revelación o testimonio. El coreógrafo se convierte en mensajero... ya sea de su consciencia o del universo. Su virtuosidad descansa en su capacidad de crear un efecto y emoción a través del movimiento que nos haga pensar, reflecionar y hasta entender los procésos de nuestra sociedad. Por otro lado, el bailarín aporta con la sensibilidad de la interpretación de la coreografía con su desarrollo consentido o con la intensidad de su vida tumultuosa o colorida.
Los espectadores experimentamos si una particular coreografía logró su cometido... si nos dijo algo; si clarificó algún enigma o sencillamente su estética tiene valor en sí mismo. La apreciación depende altamente del conocimiento de su audiencia... y el conocimiento viene a través de su documentación, faltando esta, no es extraño la escasa audiencia en las funciones de baile. Coreografías pueden estar condenadas al olvido, pero el baile continuará su vida. Aún así, su audiencia necesita de la historia para su apreciación. Es la única forma de que esta crezca y aproveche la oportunidad que nos brinda este arte... más allá de nombres y fechas, cada día se abre y cierra la cortina. Y con cada abrir y cerrar de cortina, la posibilidad de un nuevo capítulo en la historia del baile.