martes, 5 de junio de 2012

TRANS/VISUAL: un mirar adentro

por: Heriberto Castro



Incursionar en nuestros pensamientos... el encuentro entre el yo interior “genuino” con el yo de “afuera”; el de las obligaciones y deberes... el que interactua con los demás. Encuentro que a lo largo de nuestras vidas es motivo de conflictos y cuya pugna se reconcilia cuando escuchamos nuestra voz interior para lanzarnos al cambio y ajustar nuestra perspectiva. ¿Cómo alinear nuestros anhelos con el entorno? ¿Cómo superar nuestras maneras equivocas de pensar para alinear lo intangible del yo interior con el crecimiento genuino?


"SOLO con voz" / foto: ©Heriberto Castro
Se llama Karen Langevin... tiene dos hijos, un marido... una casa y un perro; no necesariamente en ese orden. Con un bombardeo de recursos que viajan de lo sagaz del gesto hasta lo implícito de un texto, Langevin nos exhorta a mirarnos con honestidad en un viaje a través de la lírica de sus movimientos en un compartir de sus procesos. Tomando prestado de su proyecto a presentarse el próximo mes de octubre (Ojo al detalle), TRANS/VISUAL es una propuesta que investiga la curiosidad y el re-pensar de como miramos el mundo y a nosotros.

Dividido en cuatro partes exhortando al público a moverse y a observar del ángulo de su preferencia, Langevin comparte entre intervenciones y continúa convocando a otra forma de mirar. Una alarma de tiempo llama la atención con su interrupción a cada pieza apelando al paralelismo de la vida donde cada acto tiene su tiempo contado, su momento preciso y obligado.

Su invitación a la conciencia del como miramos inicia luego de (I) SOLO, guiándonos con una serie de cortos ejercicios, nos remueve la pasividad de meros observadores, para tonificar nuestra agudeza visual y poder de observación.

Con un texto improvisado, Langevin abre los canales de la honestidad en (II) SOLO con voz. Las luchas, enfrentamientos, sumisión, coquetería y hasta belleza son temas donde si evidente eran los movimientos, el uso simultáneo del texto convoca a vernos de forma distinta… Un llamado a la paz con lo que soy… valorar el proceso de Langevin es hacerlo con nuestros pleitos y causas... en mi apreciación de manera compasiva. En la función del jueves 24 de mayo, el público disfruto inadvertidamente el olvido de la alarma prolongando el tiempo de una de las piezas, extrajo carcajadas de los presentes ante el comentario improvisado de Karen junto a su acto corpóreo y de manera simultánea en algún lugar recondito de nuestra conciencia identificamos momentos de la realidad cuando se disfrutan los procesos y el tiempo adquiere una dimensión diminuta e insignificante sin importar el período transcurrido.


"SOLO con sonido"  /  Desde ventana exterior  /  foto: ©Heriberto Castro


Durante el uso de su voz, Karen nos hace presentes del entorno urbano presentando las ventanas desnudas del teatro iluminando, por Eduardo Alegría, un roble blanco de rojo. La transición visual entre el árbol y los edificios de Santurce provoca a mirar nuestra congruencia o incongruencia del entorno; una metáfora a nuestra forma de vivir.

"SOLO con sonido" / Dos puntos de vista /©Castro-Mtnz
Exhortados a movernos en libertad, motivó a muchos a trasladarse detrás de las ventanas del escenario en (III) SOLO con sonido obteniendo la oportunidad de cambiar paradigmas... otra forma de ver las cosas. Si bien el querer ver distinto era un reto de por sí, la respuesta del que baila fue para el observador un valioso recurso. El acercamiento de Langevin a los que observaban desde las ventanas arrastraba a la íntimidad convirtiendo al observador en observado y sus realidades se tornaron paralelas a la experiencia performática inteligentemente.

Por otro lado, la mezcla de sonidos de parte III agrega elementos sugestivos a una variedad de emociones solicitando a ver el movimiento improvisado de manera peculiar y de seguro, diferente para cada cuál. Mi experiencia: el movimiento de Langevin dentro de la suavidad de Trioon de Ryuichi Sakanato me llevó aceleradamente a conecciones intangibles de mi niñez. El sonido del rugir de un león durante Trioon llevó mi conciente a los miedos de mi memoria de niño. Al igual que el trayecto recorrido durante la pieza con 8th Day (She is not another woman) y King Floyd (Groove me) trasladó mi pensamiento a mis miedos de universitario en una nación de la cual desconocía su idioma. Deduzco por mi experiencia durante SOLO con sonido que el enfrentamiento con el rugir del león simultaneamente al movimiento tuvo su efecto en la esfera del temor. Sería interesante un sondeo al final de la pieza investigar dentro del espectro de edades qué despertó la música de los 70's y el rugir del león. Por lo menos en mí... despertó la conciencia de la tristeza en períodos distantes... Y sabiendo más de Karen Langevin, acabo de decir más de mí.


"Flicker effect" / Punto de vista: desde el escenario / foto: ©Heriberto Castro


Convocados al escenario, observamos un recoveco en su lado izquierdo con cortina negra, escasa luz y un abanico. La música de Jelly Roll Morton (Mamanita) la cual fue consumida en abundancia durante la época del cine mudo, acompaña la etapa final de la velada en (IV) Flicker effect. El efecto de parpadeo ocurre ante movimientos rápidos y esporádicos que se dejaban ver al salir Langevin de la cortina negra movidas por el abanico. Éstos estimulaban la curiosidad e insinuaban diferentes emociones y sin saber exactamente el por qué… en ocasiones, risa. La pieza de cinco minutos, termina al sonar la alarma arrancando el disfrute del público evidenciado con sus gestos cuando comenzaban a adentrarse en ella. Este hecho fue discutido con saciedad al final del evento y espontáneamente el público comenzó a preguntar de manera franca.

En general, los espectadores del jueves fueron muy abiertos a la propuesta de Karen respirándose un aire de apoyo y admiración. Por comentarios que me llegaron, el público del viernes pareció ser más crítico abordando la propuesta de forma más intelectual que intuitiva. El juicio prevaleció predominando las sugerencias de como hacer esto o aquello... aunque coincidieron en la honestidad del trabajo.

Explorar nuestro mundo sensorial interno para enfrentar nuestros dilemas emocionales y de vida no es tarea fácil. La exploración de lo corpóreo con la conciencia de lo interno a través del movimiento es definitivamente inspiracional. Su expresión creativa no se amarra a lo perfecto y encuentra en la imperfección lo genuino. Atrás queda el espectáculo para contar su historia y la de todo el mundo... venciendo los montruos que amarran nuestro crecimiento es enfrentar el camino más allá de la estética.



Próximo en octubre:
Ojo al detalle
con Karen Langevin
ficha técnica de “Ojo al detalle”:
vestuario: Sally Torres Vega
iluminación: Eduardo Alegría
mix sonido: Jorge Castro