Clases Magistrales: Oportunidad de conectarnos

por: Heriberto Castro

Clase Magistral de Nejla Yatkin durante la celebración de la Semana Internacional del Baile en Ponce / foto: ©Ana Martínez

Todo proceso de evolución conlleva el confrontarse con la voluntad y el deseo de experimentar la pasión por lo que hacemos. El arriesgar exponernos a nuestra propia ineficiencia para ser guiados a un nível mas alto de lo que queremos ser. Dejar atrás el pensamiento del “no puedo” y el ego para abrigar la esperanza, es en sí un acto de valentía. Es así como En La Punta del Pie (ELPDP) percibió la oleada de estudiantes que se sometieron a la experiencia de las Clases Magistrales de la Semana Internacional del Baile de lo que pudo presenciar.

En el Centro Integrado para el Fortalecimiento de las Artes Musicales en Ponce el pasado 1ro de junio ELPDP se dirigió a documentar la Clase Magistral de Danza Contemporánea de la bailarina de origen turco Nejla Yatkin. Nuestra llegada no fue exacta desde el comienzo de la clase por lo cuál cierto grado de timidez nos invadió al desconocer si la veterana artista sabía de nuestra intención. A pesar de los permisos, el encuentro de un grupo diverso de jóvenes que cumplía cabalmente la formalidad de su maestra; inspiraba respeto quasi-exigiendo de manera no verbal un compromiso de los presentes al taller. No obstante, si la suavidad de sus movimientos nos invitaban a venerar el espacio de baile, su jovialidad y sonrisa nos hicieron sentir comodamente bienvenidos.

ELPD/©Ana Martínez

Ante la diversidad de estudiantes por edades y disciplinas, la sonrisa de Yatkin era su mejor discurso. La soltura del taller y su movimiento casi silente contrastaba con el usual alboroto caribeño que nos caracteriza aún en el baile. Corregía sutilmente el fragor de los estudiantes, cierta mística en el proceso cautivaba la habilidad del estudiantado a responder a los desafíos de sus lecciones. Montando frases coreográficas basado en gestos, emociones o pensamientos, Yatkin enseñaba que el principio de un movimiento no viene del vacío. Palabras como “reach, spread... grasp” eran consecuente a una extensión, giro o contracción unificando la mentalidad de la variada formación de los aprendices de variados bagajes culturales.

El desafío brindó una atmósfera de hermandad presenciando la complacencia de los participantes quienes profundamente le otorgaron las gracias ante la dulzura y seriedad de su taller.

Juan María Seller durante su Clase Magistral / foto: ©H.Castro

Por otro lado, el 25 de junio y en el inicio de las actividades en el área metropolitana, ELPDP visitó la Clase Magistral de Danza Moderna del español Juan María Seller quién al igual que Yatkin enfatizó que en el baile, nada se hace sin una razón... que hay que trabajar de adentro hacia afuera.

Basado en la coreografía que presentará este proximo fin de semana (“As Saudades Nossas de Cada Dia”), Seller fue encaminando al extenso cuerpo de estudiantes por movimientos de aparente sencillez los cuales iban adquiriendo complejidad a medida que el entendimiento del proceso interno de los presentes adquiría su propio poder. En un principio los aprendices en un aparente desorden, evolucionaron a una sincronía impecable en apenas hora y media de taller.

Admito la sorpresa cuando en medio de la clase invita a los participantes a olvidarse del conteo... que solo escuchen su propia respiración. ELPDP fue testigo de una transformación casi inmediata... los movimientos al unisono prevalecieron en sala pese al extenso número de estudiantes.

Catherine Mercado/Esc.
Innovaciones Danzares

Terminado la parte física del taller, vino un conversatorio de suma importancia para procesar lo que allí ocurrió. Los participantes expresaron una gama de sentimientos al intervenir en parte del montaje de un segmento de “As Saudades Nossas de Cada Dia”. Algunos sintieron estar encerrados, desesperados y con temor de nunca poder salir.

Seller expresó sobre su experiencia con la pieza que “provoca las cosas que a uno le preocupa, los miedos... es una coreografía existencial donde lo importante es lo que nos hace sentir; a cada uno provocará su propio sentimiento. No es una propuesta de lo que quiere el coreógrafo sino también de lo que siente el bailarín”. Admitiendo ser el proceso de sus últimos cinco años de vida, comenta: “Cuando la danza se convierte en adorno, deja de tener interés”.

Miembros del estudiantado de Dramadanza durante el ensayo de "As Saudades Nossas de Cada Dia" / foto: © H. Castro

Con la participación de algunos de los estudiantes de Dramadanza quienes a su vez forman parte de esta coreografía el próximo fin de semana, compartieron su parecer del proceso del montaje:

Cristina Piñero & Ángel Blanco durante ensayo

Cristina Piñero comenta: “Nuestro conteo era la respiración. Fue un ponerse de acuerdo y sin darnos cuenta estabamos bailando igual. Sin contar, estas contando íntimamente con la respiración. De esta manera, cada movimiento tiene significado para mí. La simpleza de un golpe (referente a movimiento de manos contra la boca del estómago) era internalizado como una obra de arte... lo hacemos con entendimiento”.

Expresó haber una transformación al tener que pensar en algo para moverte y sentir porque te mueves... “las pequeñas cosas que no te das cuenta; vas a conocer momentos que solo tú sabes”.

Ángel Blanco hizo referencia a la transparencia que tubo el proceso y que la gama de sentimientos para él fue muy amplia... sentimientos que fueron llevando a sus cuerpos.

Isabel Rdz junto a Joshua Rosado reciben instrucción de Seller

Paola Acevedo compartíó que el proceso los llevó a ser familia y crecer a través de la coreografía. “Él (Seller) sabía cosas de nosotros que ni nosotros mismos sabíamos” expresó, pero que descubrieron a través de la evolución del montaje.

Ante la gama de confesiones, el productor del evento Waldo González no pudo contenerse y contó la siguiente anécdota. “Hubo un día de ensayo que estaba a 94 grados y ensayaban con solo dos ábanicos...Yo pensé que finalizaría la clase cuando de repente en medio del sudor y los olores, en aquél vaporizo, vino un ejercicio de hacer un círculo y darse un gran abrazo juntos... pasó un largo tiempo y nadie se movió. Yo ví una bola de fuego que si alguién se acercaba, se quemaba. Él (Seller) se fue y ellos continuaron abrazados”.

Juan María Seller enfatizó al final que lo importante no es quién baile mejor... es la profundidad del proceso. “Ellos finalmente se conectaron conmigo y yo estoy en cada uno de ellos”.