jueves, 10 de mayo de 2012

TRIDIMENSIONAL... laberinto de emociones

por: Heriberto Castro

Norberto Collazo, Eloy Ortiz y Steven Rodríguez en "Sueños recurrentes" / foto: @Heriberto Castro


Reconciliar la voz de nuestros deseos interiores con la realidad que acarrea los tiempos presentes parece ser un laberinto de desafíos. Pero cuando hemos logrado una identidad, la confianza solo puede llevarnos de la mano al éxito y al crecimiento. Y es que la presentación de Andanza del pasado fin de semana en la Sala Experimental del Centro de Bellas Artes de Santurce, testimonió la riqueza de lenguaje a la hora de querer tocar una gama de temas con el instrumento del cuerpo. La presentación fue balanceada llevándonos desde la introspección, la risa y el llanto.

Steven Rodríguez en "Sueño recurrente" / foto:@HCastro
El festival corpóreo tiene su comienzo con el estreno de Eloy Ortíz, Sueños recurrentes. Tres varones, tres cuerdas suspendidas... desde la penumbra del escenario comienza una serie de movimientos sugiriendo etapas, ideas y procesos. Las fuerzas que protagonizan nuestra interacción con el mundo (de acuerdo a Freud)... el id, el ego y superego parece interrelacionarse en una serie de oscilaciones que muy bien podrían ser un paralelismo con nuestros propia marcha de vida. Carl Jung sugiere que los sueños tienen el propósito de restablecer el equilibrio psicológico del soñador, que ayuda a ver las cosas desde otro punto de vista para rectificar en la vida consciente. La tridimensionalidad del espectáculo toma su relevancia de entrada cuando la pieza utiliza el equilibrio en las sogas para explorar el paradigma de los sueños ayudados por los diversos puntos de vista que provee la Sala Carlos Marichal pese a su montaje frontal. La sencillez de la propuesta de Ortíz contrasta con su requerimiento físico cuando casi la totalidad se basa en contrapesos, balance y desplazamiento sobre las sogas.

El laberinto continúa coreografiado por Carlos Iván Santos.

Norberto Collazo, Maru Toro, Eloy Ortíz y Ana Inés de la Rosa en "Reflejos en la 385" / foto:@Heriberto Castro


Inspirado en el evento multimedial del artista plástico Rafael Trelles Monumento al fracaso (2008), Reflejos en la 385 es un grito de protesta ante la contaminación por la chatarra industrial de la CORCO (Commonwealth Oil Refining Company) en Peñuelas. Estrenada en el 2009 y utilizando la música electrónica de Tato Santiago (comisionada para el proyecto de Trelles), Santos encamina a la audiencia al desastre desde su comienzo al proyectar las fotografías de la CORCO de Johnny Betancourt. Los rostros de la audiencia son iluminados por momentos por el giro del proyector desde un barril industrial etiquetado MERKUR sugiriendo la contaminación y provocando dolor al cegarlos, estos optan por cerrar los ojos semejando actitudes ante la problemática. Con vestimenta gris metálica, los bailarines asumen por momentos postura del gigantesco monstruo y en otros, circunstancias, desenlaces y posturas que como pueblo hemos tenido ante los desastres de la industrialización en el presente. Creo ocurrente cuando en la pieza se danza con los ojos vendados en pura analogía a los que no vemos ante el acelerado ritmo de vida... donde las prioridades se desvirtúan continuamente. Al final, aún con la protesta, el monstruo (la industria, el progreso…) nos absorbe.


Maru Toro como la gerente moralista seducida por el ejecutivo seductor (Eloy Ortíz) / foto: Heriberto Castro


Lugo, de la Rosa & Rdz / @HCastro
En una nota más alegre, el humor del estreno de La_ofi.org es sencillamente hilarante. Con extractos musicales de El cascanueces, La bella durmiente y El lago de los cisnes de Pyotr Ilyich Tchaikovsky y extracto de Giselle de Adolphe Adam, la pieza juega con el absurdo de la vida dentro del marco de labores de una oficina. Dividido en partes (El miqueo/ El rapeo y mangue/ Affair @ la ofi/ La locura), nos transportamos al lenguaje del cine mudo donde las expresiones faciales se convierte en elemento crítico para el mensaje. Así, la ayudante feliz (Cristina Lugo) baila durante la larga pieza con una sonrisa continúa y el jefe malhumorado (Norberto Collazo) se mantiene en actitud aún en los saltos y giros. Cada segmento tiene su particular encanto con el destaque de uno u otros personajes maravillando al público ante las continuas circunstancias que todos en algún momento de nuestras vidas hemos visto o vivido. La risa es inevitable desde la aparición de cada personaje hasta el sorpresivo final. La parte convulsiva de la pieza lo es Affair @ la ofi cuyo extracto fue presentado en Andanza en su casa reseñado el 19 de marzo. En esta ocasión, al estar en contexto en la totalidad de la pieza, el personaje de la gerente moralista (Maru Toro) tiene un giro jocoso con el desarrollo de su personaje ante las seducciones del ejecutivo seductor (Eloy Ortíz). Aplaudo lo bien logrado y la capacidad de todos los bailarines transmitiendo la esencia de cada personaje. Cada elemento era esencial para enlazar el contenido... desde la dejadez del vago bochinchero (Steven Rodríguez) hasta la mirada perturbada de la asistente paranoica (Ana Inés de la Rosa). Quizás un elemento a considerar es si las personas ubicadas en los laterales de la Sala podían apreciar la totalidad de las expresiones faciales ante el hecho de que el montaje es frontal. Desconozco este hecho al verla desde el frente.


Ana Inés de la Rosa y Eloy Ortíz en "Diez años sin ti" / foto: @Heriberto Castro


Carlos Iván Santos nos toma desprevenidos al sumergirnos en la añoranza y el dolor de la perdida en Diez años sin tí (estrenada en 2010). Trastocando la altura, anchura y largura de nuestro corazón y espíritu, la pieza diseñada para la Sala Experimental, comienza desde el sonido de las cortinas anunciando el abrir del cielo dirigiéndonos a girar nuestra mirada hacia lo alto. En tres de las paredes, tres parejas; en los tres lados, sombras sugieren cruces... y al ritmo del Concierto de piano no. 2 en Fa Mayor, Op. 102, de Dimitri Shostakovich... el alma mujer se moviliza para el encuentro... el varón. Con una serie de cargas y balances, la pieza sugiere la felicidad del encuentro, la dicha de estar juntos en la sutileza del gozo y el deleite. Complacencia sublime y elevada donde el toque de los rostros anuncia lo profundo del sentimiento. A su final y en despedida, lo femenino se eleva hacia unas escaleras y quedando su sombra... de manera momentanea… durante el transcurso de su ida; el ádios y el sentimiento de perdida es lo que queda en la sala mientras en la oscuridad... escuchamos los sollozos de algunos, incluyendo el que escribe. Los aplausos encantados calmaron el espíritu y aquietaron el alma para la compostura a lo cotidiano. Para aquellos que perdimos nuestras madres, la pieza es clara en su contenido. Admito sucumbir ante la genialidad de Santos en su coreografía cuya sencillez revuelca el océano de emociones... aunque la haya visto anteriormente.

Siendo Diez años sin ti construida para la Sala Experimental, invito a no perder esta puesta en escena que repite este fin de semana 11, 12 y 13 de mayo cuál, en ironía o confabulación, el domingo es el Día de las Madres. Les auguro una función cuya totalidad dejará su alma abarrotada de sensaciones memorables.


*Repeticiones de tres:
Sueños recurrentes: 3 varones, 3 "sets" de sogas
Reflejos en la 385: 3 parejas
La_ofi.org: 3 escritorios
Diez años sin ti: 3 parejas, 3 lados, 3 iluminaciones

*Tridimensional: (def.) de tres dimensiones (ancho x alto x largo)